Alsacia, tierra de contrastes y alegría, se puede contemplar en su totalidad paseando por los pueblos llenos de flores, donde aún respiran los pueblos que la construyeron: casas con entramado de madera y tejados de varios vertientes, ventanas mirador, marcos de puertas achaflanados...
En los valles, al pie de las montañas, anidan los pueblos pintorescos, encerrados entre sus murallas, con sus campanarios, sus murallas, sus acogedoras posadas con sus rótulos históricos, sus capillas y sus calvarios.
Misteriosos castillos dominan el plain, senderos del vino recorren el corazón del vignoble, winstubs y bodegas de degustación le dan la bienvenida. Las laderas bañadas por el sol albergan las siete variedades de uva de Alsacia. Estos grandes vinos franceses, con denominación de origen contrôlée, y que combinan maravillosamente bien con la gastronomía son: Sylvaner, Riesling, Pinot Gris, Pinot Blanc, Pinot Noir, Muscat y Gewurztraminer.
El patrimonio natural de la región está reconocido en particular por sus parques naturales regionales, concretamente el Parque Natural Regional de Ballons des Vosges (véase también Massif des Vosges/a>) y el Parque Natural Regional de los Vosgos del Norte (véase también Alsace Bossue, Vosges du Nord).
En los extremos de la región, encontramos al norte el Outre-Forêt (sector de Haguenau) y al sur el Sundgau (sector de Ferrette y Altkirch).
Finalmente, dos capitales alsacianas sirven a nuestra región: Estrasburgo, capital de Europa y Colmar, capital del vino.